“La vida te da sorpresas” dice
el infalible Rubén. Naturalmente,
este es el caso de esta pareja de zulianos,
ocurrido con su primer hijo, Jesús
“Chuchi” Bermúdez, que
como Jesús, el Cristo, lleva su nombre
y, también como Jesús, es
primogénito. Vaya que estigma para
triunfar.
Quienes
lo conocemos desde sus inicios, sabíamos
que el tipo iba a arrasar. No solamente
canta y toca, sino que además es
dueño de un sentido del humor extraordinario;
cuenta chistes malos, pero causa gracia.
Es uno de esos personajes con los que se
puede compartir cualquier tipo de conversación,
desde lo más banal hasta lo más
trascendente.
Nunca
olvidaré una anécdota que
siempre cuento. En una oportunidad en que
nos encontramos de común acuerdo
para conversar algo sobre un proyecto que
tenía en mente; me dice con cierta
parsimonia -Larry, estoy armando una orquesta,
pero tengo un problema- a ver, cual es el
problema- le digo- que necesito un cantante-
bueno supongo que serás tu, no?.
No-respondió- el problema es que
yo me Salí.
Jesús
“Chuchi” Bermúdez, nació
en San Carlos del Zulia el 04 de Agosto
de 1964, comienza su carrera musical cuando
sus condiscípulos del barrio, quizá,
jugaban al “Escondido”, o tal
vez a “Ladrones y Policías”.
En los grupos de gaitas liceístas,
era el primero en postularse y el primero
también en ser elegido. Participo
en varios festivales interliceistas y ganó
varios premios como participante de los
mismos.
Fue
en el año ochenta. En la esquina
del éxito, (se me antoja llamarle
a cualquier lugar) donde el cazador más
furtivo de talentos, El Presbítero
Luís Guillermo Vilchez, el popular
“Padre Vilchez”, lo descubre
e imagino la frase de seguida, “Socio
queréis cantar con los Zagales”,
pero también la respuesta.”Si
Padre”.
Tiene
raza el hombre, los antecedentes materno-paternales
no fallan. Sobrino de ese excelente cantautor
gaitero como lo es Nerio Ríos, hermano
mayor de su señora madre.
Con
los “Zagales del Padre Vilchez”,
trabaja durante tres largos años
en los cuales fortalece su condición
de cantante, vigilado por la inmensa sapiencia
y estímulo pero también con
la rigidez de ese tutor que aspira a que
su pupilo sea el mejor en su tesis; sin
duda el Maestro “Padre Vilchez”.
Chuchi,
además de tener una voz de finos
matices, y aguda afinación que solo
al escucharlo cantar “Malagueña”
por ejemplo, podemos corroborarlo; toca
muy bien: cuatro, guitarra, bajo, escribe
con mucho tino canciones muy hermosas cargadas
de melancolía y alegría.
Siente
admiración y mucho respeto por los
amigos. Habla con orgullo y aire melancólico
de Chavin (Jesús Terán).-
Chavin fue uno de mis maestros y guía
cuando trabajé con la “Universidad
de la Gaita”.
Después
de los tres años de formación
musical con los “Zagales del Padre
Vilchez”, empieza su peregrinaje por
las diferentes agrupaciones de relevante
importancia que aspiraban incluirlo en sus
filas. Estrellas del Zulia, Rincón
Morales, Cardenales del Éxito, Universidad
de la Gaita, Gran Coquivacoa, etc.
El
gusanillo de la capital es el talón
de Aquiles de todo artista regional, nuestro
personaje no escapo de él tampoco.
Se vino a Caracas a petición de Nelly
Ruiz, propietaria del grupo gaitero “Guasinca
Zuliana” y graba con ellos un hermoso
tema del insigne autor Enrique Hidalgo;
“La Procesión de la Aurora”
con el cual se da a conocer por el público
capitalino, fomentando los mejores comentarios
y elogios. Buen inicio para Jesús
“Chuchi” Bermúdez en
Caracas.
Sin
embargo, regresa a Maracaibo atendiendo
una oferta de Neguito Borjas, líder
de “Coquivacoa”, la cual acepta
y culmina después de tres años
con algunos desencuentros entre él
y Neguito.
Vuelve
a Caracas con las maletas infladas de esperanzas
y acude a una audición que solicitó
a Betulio Medina para entrar a “Maracaibo
15”. El espaldarazo no se hizo esperar,
la agrupación entera lo acogió
y acobijo como un nuevo integrante de gran
valía.
Después
de esta etapa con “Maracaibo 15”
donde Chuchi se destaca a tal extremo que
otras agrupaciones solicitan sus servicios,
el duende aventurero de todo artista le
tocó y aceptó una oferta que
le dispensó la agrupación
“Todos Estrellas”, con la cual
estuvo tres años. Luego intenta fundar
su propio grupo y sale al ruedo con “happy
Gaita”, muy bien va todo, hasta que
en su buena fe toma la iniciativa de ayudar
a otros gaiteros de su talla sin pensar
que detrás de la puerta estaba la
traición tocando o, mejor dicho “El
perro muerde la mano de quien le da de comer”.
El
pedigree de Chuchi se extiende con la llegada
al mundo musical que soñaron Jesús
y Nancy, de sus dos hermanos varones; Amador
“chicho” y Carlos Javier Bermúdez,
excelentes cantantes ambos y quiero hacer
énfasis en el talento de Amador “Chicho”
Bermúdez, pianista, cuatrista, guitarrista,
bajista y cantante de los mejores a pesar
de haber incursionado muy reciente en el
canto.
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Silmary Córdova e
Hijos
Gioxis Charline, Gianny Veruska,
Jesús Enrique y Sharon Daniela.
Chuchi con Maracaibo 15
Chuchi con Larry Salgado, Franquis González,
Alfonso Rodríguez y Jorge Medina
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